Reimond Manco es, sin duda, uno de los nombres más polémicos en el fútbol peruano. Su talento, desde joven, lo puso en la mira de clubes internacionales y lo llevó a ser una de las promesas más grandes del país. Sin embargo, su carrera no alcanzó las alturas que muchos esperaban, y uno de los momentos que marcó su relación con la selección peruana fue la decisión de Ricardo Gareca en 2018. Manco, quien esperaba ser convocado para los amistosos de preparación rumbo al Mundial de Rusia, no fue llamado. En su lugar, Gareca optó por Roberto Siucho, una decisión que Reimond aún recuerda con cierta incomodidad.
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La oportunidad perdida en 2018
En 2018, Reimond Manco atravesaba un momento positivo en su carrera. Luego de haber tenido altos y bajos en diferentes equipos y con su imagen afectada por diversas polémicas fuera del campo, el jugador había logrado un rendimiento notable en el fútbol peruano. Manco esperaba que su buen nivel lo colocara en la lista de convocados para la gira de la selección nacional por Estados Unidos, una serie de amistosos previos al Mundial de Rusia 2018, en los que muchos jugadores de la Liga 1 tuvieron la oportunidad de mostrarse ante Gareca. Sin embargo, para sorpresa de muchos, el “Tigre” optó por Roberto Siucho, un jugador joven con menos experiencia que Manco en la élite.
Este hecho marcó un antes y un después en la relación de Manco con la selección. Para muchos, la decisión de Gareca no era simplemente táctica, sino que tenía que ver con los antecedentes de indisciplina del jugador, lo que generaba dudas sobre su compromiso y fiabilidad en un grupo consolidado que buscaba clasificar al Mundial por primera vez en 36 años.
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Las declaraciones de Manco sobre Gareca
Reimond Manco no se quedó callado al recordar este episodio. En recientes declaraciones, el jugador señaló que comprendía la decisión de Gareca en retrospectiva, pero también dejó entrever que la confianza del técnico hacia otros jugadores, como Christian Cueva, tuvo mucho que ver. “Luego del Mundial y todo lo que pasó con Cueva, entendí por qué no me llevó. Si me llevaba a mí, me iba a tener que dar minutos. Confiaba más en él y tenía un fuerte lazo, y si yo por ahí hacía algo diferente, que era lo que normalmente me caracterizaba, iba a haber un problema que él no quería comerse”, explicó.
Estas palabras de Manco reflejan tanto una comprensión tardía de la situación como una frustración por no haber sido parte de ese proceso que llevó a Perú al Mundial tras una larga ausencia. Para Manco, su estilo de juego y su personalidad marcaban una diferencia, pero también era consciente de que eso podía generar problemas en un equipo en el que Gareca ya tenía definido un grupo de confianza.
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El eterno debate sobre la disciplina y el talento
El caso de Reimond Manco ha sido uno de los más debatidos en el fútbol peruano, no solo por su talento innegable, sino por su comportamiento fuera de las canchas. Durante su carrera, el jugador ha sido protagonista de varios incidentes de indisciplina que le cerraron puertas tanto en el Perú como en el extranjero. Muchos entrenadores, no solo Gareca, han señalado que la confianza en un jugador no solo depende de su habilidad técnica, sino también de su profesionalismo y su disposición para seguir reglas.
En el caso de la selección peruana de 2018, que estaba en plena euforia por haber clasificado al Mundial, Gareca no quería correr riesgos. Ya tenía a Christian Cueva, un jugador que, aunque importante en el esquema, también había mostrado problemas de disciplina, como se vio durante el propio Mundial con su polémico penal fallado ante Dinamarca. Para Gareca, incorporar a Manco en ese contexto hubiera significado sumar una variable de incertidumbre a un grupo que ya estaba trabajando en una dirección específica.