Deportivo Llacuabamba entró en el ojo de la tormenta: Tiene dos presidentes y cada uno de ellos eligió a su propio DT. Empezaron los problemas.

Antes de mencionar el tema central de esta nota, Deportivo Llacuabamba ya era noticia por haber ascendido a la Liga 1 en dos oportunidades. Sí, el equipo del distrito de Parcoy era el principal ingresante al torneo profesional directamente desde la Copa Perú, pero una alineación indebida hizo que se jueguen el ascenso en otra oportunidad. Los liberteños tuvieron que jugar el cuadrangular de ascenso y ahí lograron sumarse a los otros 19 equipos que conforman el torneo peruano en el 2020. Ahora, el plato de fondo: Tras poner su nombre en los inscritos de la Liga 1, el equipo de la comunidad minera de Pataz tenía que reforzarse en lo deportivo y dirigencial, pero hubo un problema poco esperado…
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Pasa que el equipo tiene dos hombres al mando: Édgar Tito López, presidente del club, y Hernán Saavedra, presidente de la comunidad minera de Llacuabamba; quienes no se pusieron de acuerdo en contratar a quien sería el encargado de dirigir el proyector deportivo de la presente temporada. Por un lado, Alejandro Larrea fue contratado por Édgar Tito López y Carlos Cortijo había sido el elegido por Hernán Saavedra. El inconveniente fue que Saavedra acusó de ‘muertos de hambre’ al uruguayo, su comando técnico y los nuevos refuerzos, ratificando a Cortijo en el cargo del equipo recién ascendido, así lo comentó Alberoni Palma, asistente técnico de Larrea.
«El único responsable es Hernán Saavedra (presidente de la comunidad minera), porque nosotros teníamos un acuerdo con Édgar Tito López (presidente del club). Él se presentó y nos dijo que él era el que decidía todo. A los jugadores contratados, Christian Alba (uruguayo), quien fue seleccionado juvenil de Uruguay, y Jonathan Lozano (colombiano), que debutó a los 17 años en una Copa Libertadores con Cúcuta, les dijeron que no era posible lo que iban a ganar, que no se lo merecían porque había gente en la comunidad y en el fútbol peruano que se lo merecía más. Llegó a decirles muertos de hambre», citó en una entrevista con un medio local.
«También empezó a decir que Alejandro (Larrea) no tenía la capacidad para dirigir un cuadro como Llacuabamba, cuando él ha dirigido en China, Uruguay y Costa Rica, con la que fue al Mundial de Rusia 2019. Él si tiene licencia para dirigir, no como comentaron ellos», sentenció. Por ende, Larrea y su comando técnico decidieron abandonar el club junto con los refuerzos y quien quedó al mando fue Carlos Cortijo, que ya tuvo previa experiencia en el fútbol local en equipos como Deportivo Municipal, Comerciantes Unidos, etc.
Para finalizar, el asistente técnico del uruguayo de 53 años acusó a Cortijo de tener falta de ética, ya que llegó al club negociando directamente con alguien que no es responsable en lo deportivo. Deportivo Llacuabamba empezó el año con algunos contratiempos, puesto que algunos refuerzos quedaron al margen y los dirigentes no estuvieron en contacto para traer al DT. A ver si pueden levantar esta mala imagen que han dejado a nivel institucional con resultados deportivos convenientes.
Luis escalona
Pónganse de acuerdo